Como afirmamos en nuestra propia Web, hoy (en realidad hace un tiempo ya) estar o no estar no es un dilema sino un imperativo. Los clientes y potenciales buscan a sus proveedores a través de sus móviles o laptops. Quieren saber dónde estás, qué opina la gente de tu marca, tus servicios o productos, costos, que tu página cargue rápido (según Google, 3 segundos es el tiempo máximo que espera la carga un usuario antes de cerrarla) y que sea linda.

Si tomamos el axioma de Mac Luhan “El medio es el mensaje”, entendemos a la Web como una extensión de nuestra compañía, imagen y contenido. Por lo tanto ya no es sólo importante estar para ser vistos, sino contar con una presencia digital que muestre nuestra marca y lo que hacemos de la mejor manera posible. ¿Qué pensaría un cliente de Pera si entrara a nuestra página y no funcionara? ¿O incluso si el diseño fuera malo? No creo que lo primero que piense sea, “es fea, pero qué buen contenido, ¡los contrato!”. Incluso cualquier marca, independientemente del rubro o mercado, si su imagen no es buena dudo que quieran trabajar con ellos.  

Pero ¿qué cosas tienen que tener en cuenta a la hora de armar su web?:

  • función que cumplirá dentro de su esquema de comunicación,
  • experiencia de usuario,
  • adaptación a dispositivos móviles,
  • presupuesto/skills.

Una de las primeros y principales planteos que se deben hacer es acerca de la función de tu página. No es lo mismo un sitio que alberga un e-commerce o uno cuyo objetivo principal sea compartir contenido de valor. Esta finalidad definirá si prevalecerá la funcionalidad, que sea liviana o su estética o todo junto. También de ese objetivo dependerá cómo trabajemos posteriormente la estrategia SEO (posicionamiento en Google) o SEM (publicidad en internet), de ser necesario.

En la “Web Style Guide” de Patrick J. Lynch y Sarah Horton, proclaman que la experiencia de usuario se ha vuelto la estrella a la hora de definir el diseño de una Web: “Nada es mejor para construir seguidores fieles que proveer una buena experiencia, donde la gente sea exitosa accediendo y usando contenido y características que valoren. (…) Entender a un cliente no puede pasar en una sala de reuniones, requiere conocer a la gente que usará su site, en toda su diversidad”. No hay que dejar de lado este punto clave a la hora de encarar un proyecto de Web.

Cuántas veces nos pasó como usuarios encontrarnos con una página Web desde un celular y tener que hacer zoom con los dedos para tratar de leer algo. De acuerdo a Bright Edge, en 2018 el tráfico de búsquedas en móviles alcanza un 67%, dejando muy relegado a las PCs o Laptops. Si hoy día nuestro sitio no es responsive o directamente armado para ser mobile exclusive vamos a quedar afuera nuevamente. Gran punto a tener en cuenta.

Y por último un tema quizás más técnico y/o presupuestario. ¿Qué plataforma utilizaremos para desarrollarlo? Si tenemos skills inhouse de desarrolladores web, seguramente eligirán hacerlo lo más personalizado posible, utilizando, por ejemplo, lenguajes como HTML5. A partir de ahí empiezan otras modalidades con distintos niveles de customización. Desde un Wordpress, que requiere de ciertos niveles de conocimiento de diseño Web hasta un Wix que permite a casi cualquiera hacer su página, pero con formatos standards. Quizás en ese punto lo mejor es confiar en una agencia que pueda darle lo mejor de cada mundo.

No es tan fácil ni complicado como parece. Es cuestión, como casi siempre, de planear y ejecutar con el equipo para lograr lo que se planteó como objetivo.

Fuentes: